El modelo a seguir en el baloncesto iquiqueño, en estos últimos años, teñido de leyenda y de historia, es sin duda alguna la de Lorenzo Pardo Araya, conocido y apodado, sin racismo alguno como el Negro. Nacido en El Morro el año 1949, empezó a destacar por su calidad. La escuela 3 lo acogió como un estudiante, tal vez no tan aplicado, pero con otras competencias. El Norteamérica hizo el resto. Los iquiqueños nos beneficiábamos de su talento. Toda vez que sufríamos cuando nuestro club se le enfrentaba.

El Lolo se hizo a si mismo. Y ahí está su ejemplo. Se le puso entre ceja y ceja ser el mejor. Y lo fue. La leyenda dice que a las seis de la mañana ya estaba entrenando en la calle O’higgins abajo. La historia certifica lo anterior. Mil tiros libros, cinturones con arena del Bellavista lo hizo, pese a su  mediana estatura, dar brincos reboteros y sobre todo, ese doble salto, faltando segundo, donde nos ganaba todos los partidos. Lo odiábamos, pero siempre terminando agradeciéndole lo que nos brindaba. Insiste la leyenda en afirmar que era mejor para el fútbol.

Su talento era proporcional a su mal genio. No le costaba casi nada enojarse. Fue nuestro orgullo cada vez que era llamado a la selección nacional. Y que decir cuando aparecía en la revista Estadio. Pero, la historia le tenía asignado su destino. Nadie leyó el oráculo de El Morro, por lo mismo todos quedamos helados cuando supimos ese 7 de enero de 1989 que había sido asesinado en Buenos Aires.

El Lolo tomó la posta de Juan Ostoic, otro inmenso. La leyenda dice que en un libro de Dan Petersen, se cita al Negro Pardo como uno de los excepcionales. La NBA no abría sus puertas aún para el mundo en español.

Todos queríamos ser como el Negro Pardo, pero ya sabemos el talento y la disciplina, es un don de unos pocos. Nada en Iquique, obviamente, lleva su nombre. A la hora del pedir, un pasaje de la calle O’higgins abajo, debería llevar su nombre. Extrañamos la Casa del Deportista, echamos de menos al Negro.

Publicado en La Estrella de Iquique, el 22 de enero de 2017, página 15