Lo hemos dicho en otras ocasiones. La Tirana, que ya se nos viene, es un texto abierto en que aromas, ritmos, sonidos y colores se entremezclan formando un gran arco iris. Para el que no la conoce el bosque no le deja ver los árboles. Si, así de simple. Se ve un mar de peregrinos, que al parecer carece de estructuras. No es así. La mirada cómplice y aguda nos lleva a «descubrir» un sinfín de elementos que sin ellos, la fiesta carecería de la densidad simbólica que posee.

Las matracas usadas por los bailes morenos es uno de esos instrumentos que a veces, de tanto escucharlos, lo hemos naturalizado. Desde fines del siglo XIX la prensa da cuenta de la existencia de estos bailes que simbolizan la presencia de la población afrodescendiente en el Norte Grande de Chile.  La trajeron los españoles y su origen es árabe. Su sonido es posible gracias a los movimientos que cada moreno realiza. El caporal la hace sonar al viento para congregar a los bailarines. A veces tiene un sonido ronco en otros agudo.

Tarapacaenelmundo.com en su proyecto Enciclopedia de La Tirana, ha registrado su existencia variada. No todas las matracas son iguales. Cada baile le otorga su propio sello. Por lo mismo que en este Día del Patrimonio hemos realizado una exposición fotográfica con algunas de ellas. En conjunto con la Fundación Crear, y en su sala estaremos presentando esta muestra que contó con la curatoría de Constanza Cáceres y las fotografías de María Francisca Basaure. Un trabajo en equipo que cuenta, además, con un taller, hoy Domingo, para que los niños y niñas, con material reciclado, aprendan a confeccionarla.

Las matracas son un dispositivo de memoria, un recordatorio de nuestra profunda multiculturalidad. Un lenguaje sonoro.  Ellas no señalan el ruido de las cadenas que los esclavos afro-descendientes, emitían al arrastrar sus pies rumbo a sus trabajos. Los bailes morenos, son una puesta en valor de ese duro pasado. La matraca, como cualquier otro objeto ritual y sagrado ocupa un lugar central en la fiesta.  Al sentir su sonido sabemos que bailan los Morenos.

Publicado en La Estrella de Iquique, el 26 de mayo de 2019, página 13