Mayo el más iquiqueño de los meses del calendario, el de las Glorias Navales de Prat, entre otras hazañas, es también el mes de Deportes Iquique. Sin embargo, fallaríamos a la memoria si no recordamos a ese cuadro amateur que en 1978 se coronó campeón de Chile, en Cavancha, derrotando a Peñaflor por 2 a 1.

Deportes Iquique le debe mucho a este team amateur que alzó la copa en el 37 Campeonato Nacional de Fútbol. Este logro obra de un grupo de comerciantes, empresarios, y clubes amateur, más una ciudad entera que veía en los nuestros, la posibilidad de actualizar nuestra fama de campeones, nos hizo pensar que las puertas del profesionalismo se pudiesen abrir. La final con Peñaflor no fue cosa fácil. Se enfrentaban los nuestros a Peñaflor, un cuadro bien dotado técnicamente y con una trayectoria de triunfos sobresalientes. Pero Iquique hizo lo mejor que sabe y que bien resumió el periodista Gerardo Ayala: “Peñaflor entró a jugar bien e Iquique, entró a ganar”. Esa sentencia resumen buena parte de nuestra identidad deportiva que traspasa, a su vez, los campos de juegos, y se aloja en nuestras prácticas cotidianas. El primer gol un chanfle de Luis “Bolita” Espinoza. Luego el empate de los de Peñaflor, y concluye todo con el gol de Flores que es asistido por Puch. Lo demás fue carnaval, en una ciudad carnavalesca. Con este triunfo se obtenía la séptima conquista a nivel nacional empezada en el 1929-1930. Era la tercera vez que Iquique conquistaba esta corona jugando como local. La anterior fue el año 1965.

Este equipo del 1978 clara expresión del amateurismo iquiqueño, tenía en sus filas a jugadores que además practicaban otros deportes. Muchos de ellos continuaron en el profesionalismo. Uno de ellos Luis Acao. Su entrenador fue el grandísimo José María Novo, conocido como «Chamayo», que destacó en el fútbol profesional.

Conviene reconstruir la cadena de valor de nuestro fútbol, no olvidar nuestros orígenes. Nuestro amateurismo fue y seguirá siendo la base de todos nuestros logros. Es saludable de vez en cuando visitar las polvorientas, esas canchas/cunas donde se crían los futuros campeones.

 

Publicado en La Estrella de Iquique, el 13 de mayo de 2018, página 15